En plena crisis económica internacional, nacional y personal, las parejas que os amáis no dudáis en dar el gran paso: celebrar una bonita boda. Pero ¿cómo?
Webs, blogs y facebooks dedicados a las bodas son fuente de inspiración. Al principio os sorprenden, os dejan con la boca abierta y comenzáis a organizarla. Son muchas las novias que, agenda en mano, con un listado de proveedores que conocen, las dejan tranquilas por unos días hasta que comienzan a visitar el primero que les informa de cómo trabaja, cuales son su honorarios, etc, etc. Cuando llevan unos cuantos comienzan con las dudas, confusiones e inseguridades. Esa agenda repleta de anotaciones se convierte en la compañera inseparable, que en más de una ocasión os da algún disgusto porque no la encontráis y en ella está todo lo que va a suponer ese gran día.
Otras, realizan una web para su boda y a ella le dedican horas y horas de trabajo para que sus invitados estén al día de todos los preparativos, habiendo profesionales especializados en ello que lo hacen con los contenidos perfectamente estructurados para que este medio que han elegido sea eficaz.
En cambio otras novias, saben que dejar la labor de organizar la boda en manos de una wedding planner es la decisión más acertada. Ella es su hada madrina, su psicóloga, su consejera, su administradora, su amiga y confidente durante meses, ¡en fin!, una profesional que tiene gran conocimiento del mundo nupcial.
La capacidad de la wedding planner es muy amplia por tener una trayectoria profesional en el mundo de las bodas que hace que sus conocimientos, experiencia, habilidad, ingenio y facultades para tomar decisiones os faciliten el disfrute de los preparativos de vuestra boda.
Os presentará empresas que no os sonaran de nada u os darán la opinión sobre vuestras preferidas para “fichar”a la idónea.
El día de la boda se debe de seguir un planning y, aunque el factor sorpresa es emocionante, os puede arruinar el día si no lo tenéis todo controlado.
Los profesionales que se hayan contratado harán su trabajo a la perfección, sin lugar a dudas, pero si tenéis a vuestra wedding planner ese día al lado, además de sentiros seguras y únicamente entregadas a la labor de arreglaros, ella será “la directora de la orquesta” que dará la entrada en tiempo y forma a cada uno de los que participen en la celebración.