Por la personalidad de C&R era imposible no imaginar que no eligieran otra ubicación para su celebración que no fuera A Quinta da Auga en Santiago de Compostela.
En un lugar tan acogedor no podía faltar un sol radiante que fue recibiendo a los asistentes a la boda.
A todos los invitados les encandiló la zona donde se realizó la ceremonia civil, el bello bosque cañaveral, donde los novios sellaron para siempre su compromiso.
El majestuoso entorno impresionó más si cabe cuando la pareja, cogidos de la mano, hicieron la entrada con una pieza musical muy significativa para ellos.
Durante la ceremonia civil hubo momentos tiernos, emotivos y alegres, dado que además de haberse preparado el contenido de la misma con mucho mimo, la tranquilidad y la intimidad del lugar se prestaban para sentir emociones intensas.
Al finalizar el acto, mientras los invitados tomaban el aperitivo, en cocina daban los últimos toques a la comida que se sirvió a continuación con el nivel gastronómico que caracteriza A Quinta da Auga y con una impecable puesta en escena del comedor.
No es de extrañar que la satisfacción de los novios e invitados se percibo desde el minuto uno hasta que pusieron el broche final a la celebración.