El segundo vestido de novia del día de la boda: un momento glamuroso y festivo

 Fiesta boda Una vez que acabáis con los preparativos de la boda os surgen nuevas dudas y una de ellas es ¿ me pongo un segundo vestido de novia?.

Más de una nos habéis dicho: “Estoy encantada con mi vestido y quiero disfrutarlo, pero me estoy planteando la idea de comprarme un vestido de fiesta para utilizar a la hora de bailar , después de los bailes de rigor, o sea  un traje para bailar ,disfrutar y estar cómoda.”

No temáis, si os asalta la duda la respuesta es SI , siempre y cuando no se os disparéis de presupuesto.

Para las novias a las  que no les parece suficiente el vestido de novia  que tanto desearon, poder ponerse un maravilloso vestido de fiesta es lo más acertado. Ese vestido  reflejará vuestra personalidad y  vuestras ganas de dar una imagen más de gran fiesta. Además es una forma de volver a deslumbrar, de volver a sorprender a la gente.

 Creemos  que desde que comenzó la celebración tienen tiempo de saber quién es la novia y vosotras también  tuvisteis tiempo de lucir el primer vestido como  autenticas princesitas.

 El momento del baile, es el momento de la fiesta más “íntima”, como una segunda boda que queda fuera de tanto flash… Y, para esta ocasión la novia puede  lucir si lo deseáis un nuevo vestido, claro que si. Debiera de ser un elegante diseño que rompa con la línea del que pusisteis para la ceremonia y el banquete. Debe ser más sencillo, el segundo vestido no debe destacar más que el primero por poca pedrería que lleve .

Escoger un look con el que os encontréis cómodas para vivir la fiesta “ a tope”. En ese momento se puede aprovechar para acentuar también un poco el maquillaje y soltarse el pelo .

No olvidaros que ,aunque no tan rígido, va a quedar un reflejo gráfico de ese momento así que no excederos en adornos que eclipsen vuestro estilo natural. Lo que os favorezca siempre ( color, estilo) os quedará ideal durante ese momento de la velada. Sobre todo que sea un vestido cómodo que os permita disfrutar de la compañía de vuestros familiares y amigos más cercanos y ¡cómo no! de vuestro estrenado marido.