3, 2, 1… ¡Empezamos!

IIª parte de «Pensamientos de una novia»

Acabáis de decidir que os casáis… Seguro que la pedida ha sido muy especial y que no podéis dejar de sonreír, ¡Qué momento, yo recuerdo el mío como si fuese ayer!

Pero también recuerdo cómo de repente caes en la cuenta…¡casarse implica organizar una boda!  Y muchas de nosotras no fuimos plenamente conscientes de lo que significaba eso hasta que nos pusimos a ello.

¡Empieza a apuntar! Vestido, zapatos, iglesia o juzgado, banquete, flores, música, padrinos, pajes, alianzas, regalitos, minutas, el menú, viaje de novios, el DJ, las invitaciones…. En este blog, Marilé os ha dado muchísimos consejos sobre por dónde empezar, con qué antelación resolver cada cosa, etc.

Lo que yo quiero compartir con vosotras son algunas reflexiones, casi “mandamientos” para organizar una boda, que no tienen nada que ver con poner carne o pescado en el menú, sino más bien con cómo disfrutar del  proceso de principio a fin:

1        Es VUESTRA boda: Y, por tanto, tiene que parecerlo. Si sois personas muy urbanitas, formales y serias, no os pegará una boda en la playa. Si vuestro estilo es más relajado e informal, no os encajarán un chaqué y una cola de 6 metros.  Uno de los mejores “piropos” que yo he recibido de mi boda es que se respiraba nuestra personalidad en todo. Eso es lo que hará que tu boda sea única. ¡Peligro! Las revistas y blogs de ideas de bodas son una gran inspiración, pero aplica solo  lo que se adapte a ti.

2        No podrás complacer a todos: Os aseguro que lo vais a intentar. Veréis a vuestra familias tan emocionadas  que querréis aceptar sus sugerencias. El problema es que muchas sugerencias van a contradecirse con lo que vosotros queréis, o incluso entre ellas:  tu madre quiere tulipanes, tu suegra peonias. Explica con mucho cariño por qué no puede ser. Habrá algún reproche, pero desaparecerá con el tiempo (palabra de recién casada)

3        Elige donde puedes ceder: Para ayudar a mitigar el punto dos, siempre puedes establecer algunas facetas de la boda en la que no tengas una opción concreta en la cabeza, y aceptar algunas opiniones.

4        Te llevarás alguna sorpresa, respira hondo: Durante la preparación de la boda, empezando por comunicar la noticia de la misma, habrá muchas situaciones donde vuestro entorno tenga la oportunidad de demostraros lo especial que sois para ellos. Y os llevaréis alguna sorpresa: Gente que no reacciona como esperáis, que no se implica como creíais… Esos son momentos duros para los que os doy dos consejos: i) Dad tiempo a digerir, muchas veces con el shock de la noticia se dicen o hacen cosas indebidas y según todo se calma,  la situación mejora ii) Pensad en los casos opuestos en los que las sorpresas han sido positivas, y todo se irá equilibrando.

5        Hablad, hablad, hablad: No te olvides de que, logística del evento a un lado, lo importante de todo esto es que te unes a tu pareja para toda la vida. Hablad mucho de todo lo que os preocupa, de cómo os sentís, desahogaros a diario. Si no lo hacéis ,con los nervios,  que crecen según se acerca la fecha, habrá más peleíllas que, si bien no tienen ninguna importancia, desgastan.

6        Delega y confía:  Salvo si tenéis la suerte de contar con suficiente tiempo libre, vais a necesitar ayuda. Y por mucho tiempo libre que tengáis, el día de la boda no podéis estar pendientes de la logística o no disfrutarás del día. Así que delega. Y confía: La gente que está trabajando contigo (desde la peluquera a la florista) necesitan sentir que tienen tu confianza para trabajar cómodos y darlo todo.  Si el presupuesto te lo permite, delega en una profesional para tu tranquilidad máxima. Si no, pequeñas ayudas de amiga y familia de aquí y de allá te aliviarán.

Si echo la vista atrás, creo que estos son los 6 puntos más relevantes para disfrutar como una niña los meses de preparación de vuestra boda, así como el ansiado día B.  Estos 6 consejos y una máxima que, desafortunadamente,  no os creeréis hasta que ya pase vuestro día y lo comprobéis personalmente: Todo tiene menos importancia de lo que parece.

Un abrazo,

Fátima