Este fin de semana nos hemos movido al sol que más calienta y no por intereses propios, sino porque las celebraciones han sido ceremonias civiles y el poder realizarlas en el exterior ha sido una gran satisfacción para todos.
Hicimos un recorrido por varios países a través de las lecturas de familiares y amigos, ya que en tres de ellas el novio o novia eran de otros lugares como Turquía, Alemania o Panamá .Distintos idiomas, distintas entonaciones, pero un solo objetivo: transmitir la felicidad que supuso para todos el estar presentes en un acto tan emotivo.
Pero, la más divertida ha sido la de Z. y L.M., él estaba nerviosísimo pendiente de todo y ella super tranquila «ya vestida» con su dama de honor detrás de unos árboles espiando como iban llegando los invitados y viendo al novio… ¡de verdad! hacía tiempo que no me reía tanto.
Luego durante la ceremonia Z. no podía estar más feliz, riendo, posando, hablando, besando…como os podréis imaginar el guión que teníamos preparado se derretía y no por el sol, sino porque no podíamos dejar de seguirla e ir improvisando los momentos de la ceremonia según iban aflorando sus sentimientos.
Nunca mejor que esta ceremonia para decir que la novia ha sido el centro de atención y que se lo pasó bomba disfrutando de cada instante.