Elegir los colores de la boda es fácil, sobre todo si tenemos en cuenta el gusto que los contrayentes tengan. Pero hoy en día también debemos recordar que los colores influyen sobre el estado anímico de las personas, y, por consiguiente, algunos, que quizá son bonitos pero no resultan funcionales para la boda, debieran ser desechados y escoger entre aquellos otros que influyen más positivamente en el espíritu de las personas, para que todo redunde en la buena energía de la boda.