La primera vez que vi donde S & J querían casarse me pareció una elección espectacular.
Su idea de utilizar el atrio para la ceremonia – por los exteriores y sus vistas al mar- , pensé que era muy bonito pero no lo más acertado, pues el interior de la capilla de estilo barroco compostelano me parecía bellísima y considere insistir en esta opción . Así que fui tratando de convencerlos.
Desde el primer momento conté con la ayuda de la experiencia de Silvia Vázquez –estilista floral y decoradora- que también estaba convencida de que lo más apropiado era realizar la ceremonia dentro.
Después de darle vueltas – hasta la última semana- los novios accedieron a nuestra propuesta. ¡Al fin! quedaban atrás los momentos en que pensaba que era un verdadero desperdició no aprovechar la belleza propia del templo.
En este caso en contra del dicho popular: menos es más, no se reparó en impregnar la iglesia de todo tipo de elementos decorativos para llenarla y lograr una atmosfera ideal para un cuento de hadas. De la mano del equipo de Magnolia Concept se transformó el santuario en un lugar muy romántico lleno de emociones.
Mi mejor momento fue cuando un instante antes de que el sacerdote procedía a casarlos, S. se giro, busco mi mirada y sonrío. Me emocione y me sentí compensada con ese gesto … “Valió la pena insistir «.