Casarse en domingo, día del sol, dicen que derrama salud, alegría y abundancia sobre los novios, pero L & J no son para nada supersticiosos, la elección del día fue por que una persona muy especial para ellos sólo podía trasladarse hoy A Coruña.
La verdad es que cualquier día es especial para casarse en el Pazo de Santa Cruz de Mondoi, lugar que eligieron para realizar la ceremonia civil y el banquete. De hecho que todos los servicios que ofrecen son impecables con una verdadera entrega cuando realizan bodas.
En esta boda nos encontramos de nuevo con invitados de Valencia y a Coruña.
Las primeras risas comenzaron cuando estábamos en la entrada del pazo y un familiar ante el delicioso olor del pulpo que comenzaba a prepararse para el aperitivo me propuso cambio del timing del día: Primero el aperitivo, luego la ceremonia civil y luego la cena. Una idea que no descarto utilizar, pero para esta boda no encajaba para nada.
Muy puntuales comenzamos con la ceremonia. La entrada de la novia con su padrino sorprendió a todos y los aplausos no pararon durante todo el paseíllo nupcial que con la corte de 4 niños –de película- delante de la novia y dos mayores detrás, convirtió la entrada en uno de los momentos más emocionantes del acto.
Una vez finalizada la ceremonia y después de la tradicional lluvia de pétalos y las felicitaciones, todos se dirigieron a la zona de aperitivos. Mientras los invitados ¡al fin! tomaban el ansiado pulpo, los niños se entretenían mientras hacían una auténtica fiesta de pompas de jabón que le dio mucho juego al fotógrafo.
No faltó detalle porque tanto L & P son muy perfeccionistas y así de perfecto salió todo.