Hasta el pazo, no paran de llegar camiones con las mesas, manteles, vajillas y carpas… ¡Un despliegue increíble! .
Marta está al tanto de todo y no deja escapar ni un solo detalle a pesar de tener una empresa especializada en bodas que lleva el control de todos los proveedores.
Los operarios que trabajan en el montaje de la carpa y en el resto de la organización de los espacios de la boda desarrollan su trabajo bajo la más absoluta discreción. Desde luego la decisión de escoger el pazo para la celebración de la boda ha sido un acierto, pues por su ubicación es ideal para preservar la intimidad.
Actualmente, la fachada del pazo está cubierta de una espesa enredadera verde que le da un aspecto muy rústico y campestre y como la pareja ha contratado a una empresa canadiense para que recree un ambiente al estilo de los village que les gusta tanto a los prometidos, sin duda, va a ser un detalle que no pasará desapercibido a los invitados que esperan la boda de Marta y Sergio.
Mientras el chef gallego Marcelo Tejedor, dueño de Casa Marcelo, preparará una carta con los productos típicos de la tierra gallega, y las palilleiras de A Costa da Morte envuelven los detalles que se llevarán como recuerdo del enlace los invitados: un pañuelo personalizado hecho con encaje de Camariñas con las iniciales de los contrayentes bordadas, los secretos que quedan por desvelar de la boda causan cada día mayor expectación.
Se prevé que el enlace podrá atraer hasta la ciudad a cerca de 1000 personas ¿Lograrán saber qué mesa ocupará, por ejemplo, su amiga e incondicional de Casas Novas Athina Onassis?
Esperamos que todos lo pasen muy bien y les dejen disfrutarlo al máximo.