La boda de N&M: tres celebraciones para una boda

Llegó el gran día, otra vez, para la tercera celebración de la boda. La inicial fue en Suiza, la segunda en Bolivia y la tercera en España. Y aunque pudiera parecer que ya estaban acostumbrados,  por ser  muy seguidas,  continuaban igual de  emocionados  que la primera.

Esta vez, la Iglesia de San Julián de Figueiroá fue el escenario del enlace de N. & M. Tras las nupcias celebradas en tan bello escenario la pareja arrancó hacia el lugar de celebración con el fin de  adelantarse  a los invitados.

Todo puede apuntar que era una fuga, pero nada más lejos de la realidad. El propósito de llegar antes al Palacio de Sober era, desde el engalanado balcón  del hotel,  saludar  a los invitados que comenzaban el festejo y brindar con ellos ante una  refrescante copa de champán mientras sonaban los himnos gallego y boliviano en honor a ambas familias.

La alegre pareja disfrutó, cual primerizos, del aperitivo mientras  hablaban con los asistentes.

Al anochecer,  sobre la alfombra roja a la luz de las antorchas, los fueron guiando hacia  la entrada  del salón para cenar.

Tras el  corte de la tarta y el baile nupcial, la gente se animó a bailar cuando se anunció “ La Hora Loca” . Todos ataviados con  gorros, antifaces, faldas hawaianas, bigotes, pelucas, globos, artículos luminosos, ruidosos y un largo etc.,  disfrutaron como  niños con esta hora especial  de  animación  que se alargó porque cuando se acababa, pedían más y más.

Estamos convencidas de que los invitados se marcharon con la sensación de  vivir una  tarde-noche muy completa.

Foto cedida por María Prada Fotografía