Ayer se dejó preparada la casa de N&P para la boda de hoy. Durante toda la tarde era un entrar y salir de gente para dejar todo acondicionado. Hubo que cambiar muchas cosas de sitio para que quedará todo como la novia había previsto.
Por el medio andaba una pequeña “princesita” que con su desparpajo no paraba de decir: mañana me caso con papá y mamá y voy a encender las velas.
Fijaros en el detalle: cuando la última persona de mi equipo se marchó de su casa se quería ir a dormir con ella y dijo que volvería al día siguiente para ponerse guapa.
Pero cuando hoy se despertó había cambiado de opinión. Es lógico no fue un despertar al uso: mamá y la abuela no estaban, el abuelo fue el que le preparó el desayuno y no sabía dónde estaba papá . La verdad esto no se lo había contando y para ella algo pasaba.
A las 10:30h. de la mañana cuando la florista fue a llevar las flores de los centros, el ramo para la novia y una preciosa coronita para ella, ya había decidido …No casarse hoy.
La boda se celebrará a las 18:00h de la tarde, seguro que cambia de opinión cuando vea a todo el mundo engalanado para la celebración, aunque la madre está que no se lo cree.
Pero, así son los niños, muchas veces les he contado a mis clientes que cuando los niños participan en la boda son imprevisibles, con ellos puede pasar cualquier cosa. No se puede incluir en el timing lo que van hacer.
Es un momento en que hay que estar preparado para la improvisación –son niños- y lo que hagan siempre dentro de unos límites quedará gracioso y será una anécdota más para recordar de este gran día.
Estoy segura que la pequeña N. de 5 años , al final va vestirse y participar. Adaptarse a un día que no se volverá a repetir para ellos no es fácil, pero lo que si hay una premisa totalmente clara y cierta es que los niños se arriesgan y son valientes por naturaleza.
Ellos copian todo lo que ven y en cuanto vea a todos vestidos para la ocasión también querrá hacerlo.
FELICIDADES N&P ¡hasta la tarde! . Todo saldrá perfecto.