Por expresa petición de los novios no podemos mostrar ninguna imagen de esta boda, porque ambos son de rango militar y la mayoría de los invitados también.
Pero os contamos que la novia estaba guapísima y qué decir del novio con el traje de gala, parecían recién sacados de una postal.
Hubo muchos detalles durante la ceremonia, pero lo más emocionante fue el paseíllo nupcial que realizaron al finalizar la misma bajo los sables de los compañeros que engalanaban también el acto con sus relucientes trajes.
Como el día acompañó, el atardecer fue un momento fantástico donde en los jardines del pazo se pudo disfrutar del aperitivo mientras se realizaban las fotos de rigor.
Nuestra labor acabo ahí. Esperamos las impresiones de la cena y la posterior fiesta cuando hablemos con el nuevo matrimonio, pero anticipamos que estamos seguras que será una velada como son ellos: una pareja extraordinaria.