Las personas socialmente elegantes en una boda no son las que van vestidas con estilo, esas que llevan ropa cara que les cae como un guante. Ni las que tienen buen tipo y cualquier trapito les sientan como si fuera de Dior. Tampoco las que llevan complementos con iniciales, ni firmas caras, ni esos bolsos y cinturones que todos sueñan con tener.
Las wedding planner sabemos que encontrarse con personas elegantes en una boda es todo un lujo. Damos fe que no van a fallar porque no faltarán el respeto a nadie, se interesarán porque los novios estén bien y se preocuparán porque estén a gusto los de su alrededor.
La elegancia social de los invitados en las bodas se caracterizan por:
- SER DISCRETOS. No hablan de lo que desconocen, ni de intimidades, ni siquiera de las suyas y huyen de cualquier rumorología sobre los novios.
- NO NECESITAN HABLAR ALTO PARA QUE SE LES OIGA. Están convencidos de que para comunicarse no hay que subir el volumen.
- NO HACEN COMENTARIOS HIRIENTES O MALINTENCIONADOS. No buscan la ironía ni los dobles mensajes para decir lo que no les gusta.
- SU COMUNICACIÓN NO VERBAL ES PAUSADA. No apuntan con el dedo, ni miran con malas caras a nadie.
- SE INTERESAN POR EL BIENESTAR DE LOS NOVIOS. Las personas elegantes son agradables, se muestran interesados en lo que ocurre en la boda y cómo se sienten los novios.
- SE RELACIONAN CON TODOS LOS INVITADOS CON EDUCACIÓN. Independientemente de la posición social, estatus o jerarquía de los invitados. Son personas humildes que respetan a los demás.
- DICEN HOLA Y ADIÓS CUANDO LLEGAN Y SE VAN. Incluso cuando no conocen mucho a los invitados, si están en su mesa se presentan y se despiden.
- SONRÍEN. Sonríen como muestra de afecto e interés por quien tienen al lado y por el momento que están disfrutando con los novios.
- LA PERSONA ELEGANTE NO ESTÁ ESPERANDO QUE ALGUIEN COMETA UNA TORPEZA PARA PODER REIRSE. Si eso pasara, tratará de hacer que esa torpeza pase desapercibida lo máximo posible.
- SABE ESCUCHAR. No se comporta como si fuera la única persona con un mensaje interesante que transmitir. Escucha, mira, habla y no monopoliza la conversación
Finalmente nuestra última reflexión:
“Es más fácil ser elegante que no serlo”.