Dentro de mi profesión me he encontrado con todo tipo de parejas, pero las que se encuentran en desventaja, y así lo sienten, son las formadas por dos mujeres.
Una llamada por la mañana, ¡como tantas otras!, me hizo recapacitar y exponeros lo siguiente:
Una pareja de chicas –una de ellas gallega- desean venir a casarse a Galicia, pero no se plantean lo que cualquier novia hace, sino que su preocupación es: ¿Están bien vistas las bodas entre lesbianas ahí? Las bodas entre gays ya sabemos que sí pero entre dos mujeres nos da miedo.
Después de hablar largo y tendido me dice X : Adelante ¡contamos contigo!.
Envío la información para confirmar la reserva y me sumerjo en pensamientos que deseo compartir con vosotras, porque lo que me transmitieron además de su amor es miedo…sí, sí, miedo. Miedo a situaciones como si un niño invitado dice en voz alta ¿mamá donde está el novio? o miedo a que si un camarero cuchichea por lo bajo…
Es hora de que nos enteremos de que todo es posible en el amor. Casarse, para ellas, no debería de ser un logro político, sino el sello de su amor delante de familiares y amigos.
X me dijo: «Marilé, muchos creen que los homosexuales nunca alcanzamos la felicidad. Pero para mí enamorarme así y entender que así puedo ser absolutamente feliz es lo mejor que me ha pasado en mi vida».
Le conteste: ” Los familiares y conocidos, si os quieren, se alegrarán con la noticia de vuestra boda. Cuando os vean se darán cuenta de que sois una familia. ¿Cómo podrían enfadarse?”.
La última que organicé fue muy especial para todos. Había un clima increíble y toda la gente salió emocionada.
Estoy segura de que muchos, al ver que un vínculo así es posible, empezarán a cuestionarse los propios.
La gente tiene que entender que vivir enamorados-as no es cuestión de sexo .
Con este post quiero que todo el mundo se entere de que existe este derecho y de que todo es posible.