En la prueba final del vestido de la novia siempre se entremezclan los sentimientos con la emoción y con la sensibilidad . Reconocemos que es el vestido de vuestros sueños justo cuando en vuestro rostro vemos, después de miraros al espejo, una radiante felicidad. ¡Qué momento tan bonito para decir que comienza la cuenta atrás del día de la boda!
Pero, antes de llegar a este punto, una novia pasa por distintas fases en las que a veces se encuentra con sinsabores que la conducen al desaliento y hacen que el momento más especial, como es la prueba del vestido elegido, se convierta en una verdadera pesadilla que le quita el sueño, la ilusión y las ganas de seguir organizando su boda.
Aunque hoy existen excelentes diseñadores y variadas tiendas de moda nupcial, entre éstos y entre aquellas hay grandes diferencias, aunque en todos es exquisito el trato personal. No obstante, existe un grave inconveniente cual es la escasez de buenas modistas que realicen los pertinentes arreglos del vestido. Desde la enagua o can-can hasta el planchado, pasando por el ajuste de la cintura o del pecho, todo debe de quedar perfecto. Porque, ¿para qué, si no, se hacen las pruebas previas?.
Mis queridas novias, aunque es importante la opinión de los profesionales, lo fundamental es que sintáis que sois vosotras mismas las que lleváis al vestido y no, por el contrario, que sea el vestido quien os lleva a vosotras. Es por ello que no conviene que titubeéis a la hora de realizar la adquisición del mismo, y que, decididamente, os inclinéis por ello con la suficiente antelación para disfrutar de esos momentos.