Ha comenzado la ronda de bodas y como ya se conoce el trabajo de una wedding planner, cada vez hay más parejas que demandan nuestros servicios, por esta razón nos encontramos en un momento óptimo en nuestra profesión … bien ¿no?.
Pero seamos sinceras ¿pensáis en una boda y en cómo organizarla como un proceso fácil y de color de rosa? Pues no es así , al igual que tampoco es real lo que ocurre en la famosa película «Planes de boda», protagonizada por Jennifer López, que encarna a una wedding planner y termina hasta por quedarse con el novio.
El hecho de que se haya empezado a extender, conocer y entender en qué consiste este trabajo es consecuencia de múltiples factores … desde los blogs de revistas nupciales hasta portales específicos de bodas entre otros, que de la mano de las redes sociales han sido un elemento básico para que saliéramos a la luz, puesto que son ellos los que, gracias en parte a su capacidad de influencia, han acercado nuestro trabajo al resto mostrando todos los detalles, hasta los ocultos . El boca a boca también ha hecho mucho, los novios al final son nuestra mejor publicidad.
Sin embargo, como en muchas otras profesiones, una vez más conocido el negocio, también se ha dado un afloramiento del intrusismo.
En España, como en otro país, no vale cualquiera para organizar bodas, hay una parte que se llama profesionalización que es imprescindible. Ese detalle para algunos es indiferente y optan por trabajar de una forma no profesional, pero esto sucede con todo, es algo imposible de controlarlo y en muchas ocasiones los que si somos profesionales salimos perjudicados. Somos responsables de nuestros errores y debemos asumirlos pero es injusto asumir los de las demás ¿no creéis?.
Actualmente se está extendiendo este tipo de trabajo más que nunca. Por un lado hay gente que se implica y busca formarse, pero la mayoría de los casos se introducen en la organización de bodas porque organizaron su propia boda, prepararon una candy bar en la boda del hermano o un photocall en la boda de su mejor amiga.
No debéis olvidar que las wedding planner profesionales somos un gran apoyo para los novios y alguien que os recuerda que lo más importante es disfrutar porque de lo demás nos ocupamos nosotras. No sólo colocamos “dos cosas” en el lugar de la celebración el día de la boda, sino de organizar, coordinar y planificar todo el proceso de la misma.
Una wedding planner no profesional puede haceros mucho daño tanto emocional como económico y arruinar el día de vuestra boda. Aseguraros de su experiencia, pedir referencias … hacer “shopping” por varias y no fiaros de las que no cobran por su trabajo.
¡Por favor! no idealizar una profesión de la que se tiende a ver sólo la parte superficial y de cómo se deja de lado el costoso proceso que lleva hasta el día «D».
STOP al intrusismo en la profesión.