Una vez que la novia tiene su vestido, toda wedding planner debe ayudar a las madres de las novias que estan inmersas en la boda tanto como la novia.
Nuestro granito de arena no sólo es indicarle tiendas donde comprar, sino investigar para que luzcan muy guapas en uno de los días más especiales de sus vidas como es la boda de su hija.
El vestido de la madre, sin competir con el de la novia, es con el de la madrina los más piropeados.
Una vez que la novia tiene su vestido, aconsejo que el de la madre no deje el suyo para el final.
Os cuento el caso de M.V.:
Tras mirar varios de confección decidió hacerlo a medida. Fuimos a la modista que le enseñó un montón de modelos, pero seguía sin convencerle nada. Por su figura parecía -en un principio- que sería fácil, pero estaba claro que no encajaban con su personalidad.
Ya era un reto para mí, así que me puse a investigar y después de horas y horas ¡eureka! creo que lo había encontrado, se lo envié y efectivamente le encanto.
Fuimos a comprar la tela y la modista ya le hizo hoy la primera prueba. Son muchas tablitas pero estamos en buenas manos. Los demás complementos: zapatos, bolso, guantes y sombrero – es de mañana la boda- los veremos sobre la marcha. Pero a la prueba final del vestido acudiremos con todos los accesorios ya que es la única manera de ver si el conjunto es homogéneo.
Este modelo que es el de la foto es el que más se adapta a M.V. , es su estilo, le favorece y se siente cómoda . M.V. vas a estar elegantísima.