Cuando hablamos con nuestras parejas y les comentamos lo tierno y emotivo que es, durante el intercambio de alianzas, dirigirse unas palabras que emanen de sus corazones, a unos les ruboriza y no se atreverían, a otros les parece muy americano y lo descartan y otros creen que es ir en contra de sus principios y no quieren saber nada de ello.
¡Bien!, pues una vez que se lo explicamos con calma y le hacemos recrear ese instante con algún ejemplo, las emociones afloran en sus corazones y la mayoría optan por realizar sus propios votos y sustituirlos por las típicas frases que todos ya nos sabemos de memoria.
He aquí dos ejemplos que os ayudarán a ver que es muy fácil decirle, con apenas cuatro líneas, a la persona que amáis que ese añillo que le vais a entregar es la prueba más bonita de vuestro amor como así lo dirán las palabras que acompañen ese momento.
– Ejemplo 1:
Desde aquel día, comprendí que nuestras vidas tendrían que cruzarse.
Que el destino nos tenía preparado un encuentro en aquel sitio donde nos conocimos.
A tu lado el tiempo se detiene, no existe. No me canso de mirarte, de escucharte, de abrazarte… y ahora se y tengo claro que la vida no es vida si no estoy a tu lado.
– Ejemplo 2:
Si en esta vida me viera en la necesidad de elegir los segundos más importantes de mi vida, creo que así de pronto lo tendría claro, me quedaría con estos segundos en los que tus ojos se encuentran con los míos. Por fin puedo decirte delante de todos los que hoy nos acompañan “Te quiero”.
Como veis el texto que hagáis, puede ser evocador, poético, divertido, filosófico…tal y como seáis y sintáis.
Ninguno de los dos sabrá qué va a decirle al otro el día de la boda. Ahí está la emoción de la sorpresa añadida ¿no creéis que vale la pena intentarlo?.