Siempre me pregunté: ¿Por qué un sentimiento tan grande como el del amor no cambia nunca?.
Cuando organizo las bodas de mis novios vivo historias muy bellas. Me prometí escribir una, y así lo hice, basada en mis observaciones, para mostrársela al mundo, con la ilusión de poder convertirla en un guión para una película.
Pero de pronto pensé que lo que había escrito no era tan inmenso como la historia que os invito a ver y, sobre todo, a escuchar, porque penetra en las venas como una tempestad de sentimientos que hacen que se despierte el corazón más dormido.
El amor es una cuestión de oportunidad. En el caso del que os hablo de nada sirve encontrar a la persona idónea demasiado pronto o demasiado tarde. Si los protagonistas viviesen en otro lugar ¿esta historia pudo haber tenido un final diferente?
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